El secretario de Gestión Pública, Rodolfo Laffitte, informó que “ya está todo el equipamiento técnico instalado” y que resta la inspección de la Enacom “para verificar que no interfiera con las comunicaciones terrestres”.
La Estación Espacial China ubicada en el paraje Quintuco, cerca de Bajada del Agrio, ya se encuentra prácticamente lista para comenzar a funcionar. Durante una recorrida realizada el viernes, el secretario de Gestión Pública, Rodolfo Laffitte aseguró que “sólo faltan detalles de pintura y la colocación del piso del gimnasio”, pero que la misma “ya tiene todo el equipamiento técnico instalado para su funcionamiento”.
En el predio de 200 hectáreas se levanta una enorme antena de 35 metros de diámetro, 50 metros de altura y 450 toneladas de peso que servirá para establecer comunicaciones con el espacio profundo. China tiene un programa espacial que ha llevado misiones (por ahora no tripuladas) a la Luna y en un futuro al planeta Marte.
La estación es un proyecto de colaboración en el que intervinieron la Agencia Nacional China de Lanzamiento, Seguimiento y Control General de Satélites (CLTC) y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) de la Argentina. Laffitte es responsable de la relación entre ambos organismos.
La contratista china encargada de la construcción fue la empresa CHEC, mientras que Esuco fue la subcontratista argentina. Sergio Zingman, gerente de proyecto de la firma argentina, comentó que “participaron más de 500 personas de la construcción entre operarios y profesionales chinos y argentinos que supervisaron las obras”.
La estación consta de cuatro sectores. Uno es un edificio multifunción donde se encuentran las dependencias para el personal y una sala de exhibición donde se pueden ver maquetas y fotos de las misiones espaciales de China. En el segundo se sector se encuentra todo el equipamiento técnico para el funcionamiento de la antena y las comunicaciones, denominado centro operativo. El tercer sector es donde se ubica la antena propiamente dicha y el cuarto es la estación de energía eléctrica, que tiene un Megavatio de potencia instalada para alimentar a toda la estación.
Wang Ke, responsable general de la estación, aclaró que “a través de la embajada china se le avisará al gobierno argentino sobre cada tarea espacial que realicemos” y explicó que “cuando haya actividad habrá 30 personas aproximadamente en la estación, ya que vendrán científicos especialmente desde China”. Cuando no se registren tareas quedará una delegación de diez personas para el mantenimiento.
El convenio firmado entre ambos países especifica que la Conae dispondrá del diez por ciento del tiempo diario en la estación para el uso de la antena en sus propios proyectos. Laffitte recordó además que en la última visita del presidente Mauricio Macri a China “se ratificó especialmente el uso civil y pacífico de la estación”. También comentó que como Neuquén coparticipa del tiempo del que dispone la Argentina para el uso de la estación, “haremos gestiones con la Universidad Nacional del Comahue y la Universidad Tecnológica Nacional por si tienen algún proyecto”.
La estación tuvo un presupuesto original de 50 millones de dólares, aunque “terminó costando un poco más”, indicó Wang Ke. Laffitte señaló que los trabajos incluyeron una línea de energía de 60 kilómetros “que ahora pasó a propiedad del EPEN y de esta manera podrá llevar el suministro eléctrico a parajes cercanos”.
Un poco de historia
La búsqueda del lugar para instalar la estación comenzó en 2010. El sitio para su emplazamiento se eligió por ser una zona rodeada de montañas, sin interferencias de otras señales. El 22 de diciembre de 2012 se firmó un acuerdo tripartito entre la CTLC, la Conea y la Provincia de Neuquén y en julio de 2013 se consiguió el permiso de construcción, que comenzó inmediatamente. En abril de 2015 se iniciaron las tareas de montaje de la antena y en agosto del año pasado empezó la instalación de los equipos.
Laffitte aclaró que todavía falta la inspección del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) para que autorice el funcionamiento una vez que verifique que la estación no interfiera con las comunicaciones terrestres. En tanto Ke señaló que “esperamos este año tener alguna tarea asignada, lo que dependerá del programa de la CLTC”.
El convenio fue firmado por 50 años, al cabo de los cuales todas las instalaciones quedarán en propiedad de la Conea.
Funcionamiento
En principio, la estación servirá para guiar las tareas de la misión china a la Luna. Ese programa ya cumplió los dos primeros pasos, es decir orbitar el satélite natural de la Tierra y el alunizaje, donde se depositó un vehículo que tomará datos de su superficie. El tercer paso será rescatar el módulo lunar para su regreso a la Tierra. En un futuro, se prevé una misión al planeta Marte.
Para poder monitorear satélites y naves espaciales China tiene dos estaciones en su territorio, una de 35 metros de diámetro y otra de 60 metros. “Para tener un seguimiento las 24 horas del día necesitaban una tercera estación y eligieron este lugar”, explicó Laffitte.
En este sentido, detalló que “la Luna se encuentra a 380.000 kilómetros de distancia y Marte a más de 50 millones de kilómetros, por lo que para establecer una comunicación con las naves se tiene que irradiar una potencia muy importante”. Explicó que “la señal que viaja desde el espacio es muy débil, por eso no debe tener interferencias de ningún tipo con otras señales de microondas”.
Además de Laffitte y Wang Ke también estuvieron presentes durante la recorrida el jefe de la estación, Wang Jizhau; el gerente Comercial de la empresa CHEC, Chen Peng; el gerente de Proyecto de Esuco, Sergio Zingman, y el traductor Domingo Zhao.